Los ascensores constituyen elementos imprescindibles en cualquier edificio moderno, pero también pueden convertirse en una fuente constante de incomodidad cuando generan niveles sonoros excesivos. Muchos residentes experimentan molestias diarias debido a vibraciones, zumbidos o ruidos metálicos que atraviesan muros y techos, afectando su descanso y bienestar. Afortunadamente, existen diversas estrategias y materiales especializados que permiten abordar este problema de manera efectiva, mejorando significativamente la calidad acústica de las viviendas.
Tipos de ruido generados por los ascensores y sus consecuencias
Principales fuentes de emisión sonora en sistemas de elevación
El ruido de ascensores tiene su origen en múltiples componentes del sistema de elevación. Los motores mal aislados de la estructura representan una de las causas más frecuentes, ya que transmiten vibraciones directamente a los forjados y medianeras del edificio. Los cuadros de contactores son especialmente problemáticos, pudiendo generar picos sonoros que superan los cincuenta decibelios durante el arranque o cambio de velocidad. Las guías del ascensor, cuando están ancladas incorrectamente o presentan desalineación, amplifican las vibraciones durante el recorrido de la cabina. Por su parte, las puertas automáticas aportan su propia contribución al problema, especialmente cuando carecen de topes elásticos o presentan desgaste mecánico en sus mecanismos de apertura y cierre. Los procesos de frenado y arranque constituyen momentos críticos donde el nivel sonoro puede incrementarse notablemente, generando molestias puntuales pero recurrentes a lo largo del día.
Impacto de las molestias acústicas en la calidad de vida de los residentes
Las consecuencias de una instalación ruidosa van más allá de una simple incomodidad pasajera. Los residentes que habitan cerca del hueco del ascensor o del cuarto de máquinas experimentan alteraciones en su descanso nocturno, con especial gravedad cuando los niveles superan los treinta decibelios durante la noche, límite establecido en diversas normativas locales. La transmisión estructural de vibraciones puede hacer que el problema se perciba en viviendas situadas incluso a varias plantas de distancia, creando tensiones entre vecinos y afectando el valor de las propiedades. En edificios donde la calidad acústica no fue considerada durante el diseño original, las molestias se intensifican, particularmente en construcciones anteriores a la implementación del Código Técnico Edificación y sus requisitos prestacionales. La falta de mantenimiento preventivo agrava progresivamente la situación, ya que el desgaste de componentes incrementa los niveles sonoros con el paso del tiempo.
Materiales especializados para el aislamiento acústico de ascensores
Paneles absorbentes y barreras fónicas de última generación
Los materiales absorbentes acústicos juegan un papel fundamental en el tratamiento del ruido generado por sistemas de elevación. Los paneles fabricados con tecnología avanzada permiten capturar y disipar la energía sonora antes de que se propague por el edificio. La lana de roca destaca por su excelente capacidad de absorción en frecuencias medias y graves, características del funcionamiento de motores y maquinaria. Las barreras específicamente diseñadas para aplicaciones industriales ofrecen densidades elevadas que bloquean la transmisión de ondas sonoras a través de paredes y techos. Los sistemas composites combinan capas de diferentes materiales para maximizar tanto la absorción como el aislamiento, logrando reducciones significativas en los niveles de decibelios percibidos en las viviendas. Algunos fabricantes ofrecen soluciones modulares que facilitan su instalación incluso en edificios existentes, adaptándose a las características específicas de cada cuarto de máquinas o hueco de ascensor.
Sistemas antivibratorios y soportes elásticos para maquinaria
La desolidarización de los componentes mecánicos representa una estrategia crucial para evitar la transmisión estructural de vibraciones. Los amortiguadores acústicos diseñados específicamente para ascensores se instalan en puntos críticos como las guías, el motor, la cabina y el contrapeso, interrumpiendo el camino que seguirían las vibraciones hacia la estructura del edificio. Los soportes elásticos calculados según las características de cada instalación permiten que la maquinaria opere sin transferir energía mecánica a los forjados. Las tecnologías más recientes incorporan materiales con propiedades viscoelásticas que absorben un amplio espectro de frecuencias, resultando especialmente efectivas durante los regímenes transitorios como el arranque o la frenada. La implementación de estos sistemas puede conseguir reducciones de hasta diez decibelios en las viviendas afectadas, haciendo que el funcionamiento del ascensor resulte prácticamente imperceptible para los residentes.
Técnicas de insonorización aplicables en cuartos de máquinas y huecos

Revestimientos y encapsulamientos de motores de tracción
El tratamiento directo de las fuentes sonoras mediante encapsulamientos representa una solución altamente efectiva. Los motores de tracción pueden rodearse con estructuras desolidarizadas que incorporan múltiples capas de materiales aislantes y absorbentes, creando una barrera que impide la propagación del ruido hacia el exterior. El uso de pladur combinado con lana de roca en configuraciones multicapa ha demostrado excelentes resultados en la reducción de niveles sonoros. Los cuadros de contactores requieren un tratamiento específico debido a los picos transitorios que generan, siendo necesario no solo aislarlos acústicamente sino también garantizar su ventilación adecuada para evitar sobrecalentamientos. Las máquinas gearless modernas presentan ventajas inherentes al generar menos ruido que los sistemas tradicionales con engranajes, pero aun así se benefician significativamente de un encapsulamiento bien diseñado. La renovación tecnológica hacia estos sistemas más silenciosos forma parte integral de cualquier proyecto de modernización de ascensores enfocado en mejorar la calidad acústica del edificio.
Tratamiento de paredes, techos y puertas del recinto del ascensor
Las superficies que delimitan el hueco del ascensor actúan como membranas que transmiten el sonido hacia las viviendas adyacentes. La instalación de techos suspendidos con materiales acústicos específicos crea una cámara de aire que dificulta la propagación de las ondas sonoras. Los suelos flotantes en el cuarto de máquinas interrumpen la transmisión de vibraciones hacia los pisos inferiores, especialmente cuando se combinan con láminas viscoelásticas de alta densidad. Las paredes medianeras requieren un refuerzo adicional mediante trasdosados con estructura independiente y relleno de materiales absorbentes, evitando que las vibraciones se transmitan directamente a las viviendas colindantes. Las puertas del cuarto de máquinas merecen especial atención, ya que representan puntos débiles en el aislamiento global si no cuentan con un diseño adecuado que incluya núcleos densos y juntas perimetrales herméticas. La correcta distribución de las instalaciones del ascensor, independizándolo de las viviendas mediante vestíbulos o zonas de amortiguación, constituye una estrategia preventiva que facilita enormemente el control acústico.
Implementación de soluciones acústicas profesionales en edificios existentes
Diagnóstico previo y mediciones de niveles sonoros
Cualquier intervención efectiva debe comenzar con una evaluación rigurosa de la situación existente. El diagnóstico inicial identifica las vías principales de transmisión del ruido y las fuentes específicas que generan mayor molestia. Las mediciones se realizan siguiendo protocolos normalizados como los establecidos en la norma UNE-EN ISO 10052, que define ciclos de funcionamiento específicos para evaluar el ruido de ascensores. El procedimiento incluye la medición durante tres ciclos completos, desde la planta más baja con paradas en cada nivel hasta el recorrido completo de bajada. Los resultados se expresan como nivel continuo equivalente, permitiendo comparar con los límites establecidos en la legislación medioambiental de cada región y en el documento básico DB-HR del Código Técnico Edificación. La evaluación debe realizarse en puntos fijos de los recintos receptores, típicamente en dormitorios de las viviendas más expuestas, donde el impacto resulta más crítico para los residentes. Este análisis profesional proporciona la base objetiva necesaria para diseñar soluciones específicas y dimensionar correctamente los materiales aislantes a emplear.
Proceso de instalación y mejoras en el aislamiento estructural
La ejecución de las mejoras acústicas requiere coordinación entre diferentes especialidades técnicas. La instalación de amortiguadores en las guías del ascensor debe realizarse asegurando que estén ancladas en la estructura del forjado y no en medianeras, evitando así la transmisión directa hacia las viviendas. Los elementos elásticos que desolarizarán los motores deben calcularse precisamente según las cargas y frecuencias de operación, ya que un dimensionamiento incorrecto puede resultar ineficaz. El proceso típicamente requiere detener temporalmente el servicio del ascensor, por lo que debe planificarse cuidadosamente para minimizar las molestias a los usuarios. La aplicación de revestimientos en paredes y techos se ejecuta desde el interior del cuarto de máquinas y el hueco, trabajando en espacios reducidos que exigen técnicas especializadas. Los adhesivos empleados para fijar los materiales acústicos deben ser compatibles con las superficies existentes y garantizar una unión duradera que resista las vibraciones constantes. La lubricación de componentes y el reemplazo de piezas desgastadas complementan las mejoras estructurales, abordando simultáneamente las causas mecánicas del ruido. Una vez completada la intervención, se realizan nuevas mediciones de verificación que confirmen el cumplimiento de los objetivos acústicos y la satisfacción de los residentes.
