En el mundo de la arquitectura residencial y las reformas de viviendas, pocas elecciones tienen tanto impacto en la habitabilidad y el confort como la selección adecuada de ventanas para espacios bajo cubierta. Cuando se trata de llevar luz natural y ventilación a esas zonas olvidadas de la casa, surgen dos conceptos que a menudo generan confusión: el perro dormido o buhardilla y la claraboya. Aunque ambos sistemas cumplen funciones relacionadas con la iluminación natural y el aprovechamiento de espacios en altura, presentan características estructurales y técnicas completamente diferentes que conviene conocer antes de emprender cualquier proyecto de renovación en tu tejado.
Perro dormido o buhardilla: características y estructura de este tipo de ventana
Qué es una buhardilla tipo perro sentado y cómo se integra en el tejado
La buhardilla, conocida también como perro sentado o ventana abuhardillada, constituye una solución arquitectónica con larga tradición en edificios históricos europeos. Este elemento se caracteriza por ser una elevación que sobresale de la pendiente principal del tejado, creando una estructura con un pequeño techo propio y una ventana vertical integrada. A diferencia de las ventanas que se instalan al ras de la cubierta, las buhardillas generan un volumen adicional que se proyecta hacia el exterior, modificando el perfil original del tejado. En ciudades con fuerte influencia francesa como Turín, abundan edificios históricos con esta solución inspirada en el estilo galo, y también pueden encontrarse ejemplos notables en regiones como Campania. La instalación de este tipo de estructura requiere un trabajo considerable de adaptación de la cubierta existente, ya que implica la creación de una nueva estructura con paredes verticales, un pequeño tejado independiente y la correspondiente integración con la impermeabilización general del edificio.
Ventajas de instalar una buhardilla en la estructura del ático de tu casa
Entre las ventajas más destacadas de las buhardillas se encuentra su capacidad para facilitar el acceso al tejado y crear un espacio interior con mayor altura libre, lo que mejora la sensación de amplitud en el ático. Al tratarse de una ventana vertical, permite una visión más natural del exterior y una mejor integración de muebles y elementos decorativos en comparación con ventanas inclinadas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las ventanas abuhardilladas no proporcionan el mismo nivel de aislamiento térmico que las ventanas de tejado modernas específicamente diseñadas para hacer habitables estos espacios. Su función principal históricamente ha sido iluminar y ventilar desvanes y áticos que no necesariamente estaban pensados como habitaciones de uso continuo, aunque con las técnicas constructivas actuales pueden mejorarse significativamente sus prestaciones de aislamiento térmico y acústico mediante la incorporación de vidrios de alta eficiencia energética y sistemas de cierre herméticos.
Claraboya: el método más sencillo para iluminar espacios bajo la pendiente del techo
Tipos de claraboyas y diferencias en su instalación sobre el tejado
La claraboya representa una solución más simple y directa para introducir luz natural en espacios situados directamente bajo el tejado. Se trata de una abertura practicada en la cubierta, que puede instalarse tanto en superficies inclinadas como en tejado plano, y cuya función primordial es iluminar habitaciones que no necesariamente están destinadas a ser habitadas de forma permanente. Existen diversos tipos de claraboyas según su sistema de apertura, entre los que destacan las versiones vasistas y libro, así como modelos fijos sin posibilidad de ventilación. La instalación de una claraboya resulta considerablemente menos compleja que la creación de una buhardilla, ya que no requiere modificar la estructura principal del tejado ni crear volúmenes adicionales que sobresalgan de la pendiente. El proceso de instalación varía ligeramente según el material de la cubierta, existiendo guías específicas para tejados de cemento, planos y de madera, pero en todos los casos el principio fundamental consiste en realizar un hueco en la cubierta e instalar un marco con acristalamiento que quede perfectamente integrado e impermeabilizado.
Precio y costo de las ventanas tipo claraboya frente a otros sistemas
Desde el punto de vista económico, las claraboyas suelen representar una opción más accesible que las buhardillas jacobina o de otros estilos tradicionales. El costo de instalación de una claraboya depende fundamentalmente del tamaño elegido, la calidad del acristalamiento y el tipo de mecanismo de apertura, pero en general el precio resulta inferior al de crear una estructura completa de buhardilla. Este factor económico, sumado a la menor complejidad del trabajo necesario, convierte a las claraboyas en una opción preferida para proyectos de renovación con presupuestos ajustados o cuando se busca simplemente mejorar la iluminación natural de espacios de almacenamiento o desvanes sin pretensiones de habitabilidad permanente. No obstante, para áticos destinados a convertirse en habitaciones de pleno uso, las ventanas de tejado modernas, aunque suponen una inversión superior, ofrecen prestaciones muy superiores en términos de aislamiento y ventilación adaptable.
Diferencia clave entre buhardillas y claraboyas: instalación, aislamiento y renovación

Comparación entre el trabajo de creación de una buhardilla jacobina y una ventana de techo
La diferencia fundamental entre ambos sistemas radica en la complejidad constructiva y en las prestaciones que ofrecen una vez instalados. Mientras que una buhardilla implica la construcción de una estructura tridimensional que emerge del tejado, con sus propias paredes, cubierta y cimentación sobre la estructura existente, una ventana de tejado moderna simplemente se integra en la pendiente sin alterar el volumen exterior del edificio. El trabajo necesario para ejecutar una buhardilla jacobina o de perros sentados es considerablemente mayor, requiriendo profesionales especializados en carpintería de armar y cubierta, así como permisos urbanísticos que pueden ser más restrictivos debido a la modificación del aspecto exterior del edificio. Por el contrario, la instalación de ventanas de tejado actuales, como las giratorias o proyectantes, resulta más ágil y menos invasiva, permitiendo completar el proyecto en un plazo mucho menor y con menos afectación a la estructura general de la casa.
Aspectos técnicos: aislamiento, pendiente y adaptación al espacio del ático
En cuanto a prestaciones técnicas, las ventanas de tejado contemporáneas superan claramente a las soluciones tradicionales en materia de aislamiento térmico y acústico. Productos desarrollados con tecnología avanzada incorporan sistemas de doble o triple acristalamiento con cámaras de gas inerte, marcos con rotura de puente térmico y cierres herméticos que minimizan las pérdidas energéticas. El aislamiento que proporcionan estas ventanas resulta crucial cuando el objetivo es convertir el ático en un espacio habitable durante todo el año, reduciendo la necesidad de calefacción en invierno y mejorando la ventilación natural en verano para lograr un ahorro energético significativo. La pendiente del tejado también influye en la elección: las ventanas giratorias se adaptan a inclinaciones entre quince y noventa grados, mientras que las proyectantes están diseñadas para tejados con poca pendiente, entre quince y cincuenta y cinco grados. Este factor técnico resulta determinante en la adaptación al espacio disponible y en la funcionalidad final de la instalación.
Cómo elegir el tipo de ventana adecuado para tu proyecto de renovación
Criterios de selección: espacio disponible, estructura del tejado y presupuesto
La elección entre los diferentes tipos de ventanas para tejados y áticos debe responder a un análisis detallado de las necesidades específicas del proyecto. Entre los criterios fundamentales se encuentran el espacio disponible bajo cubierta, la composición estructural del tejado existente, el uso previsto para la habitación y, por supuesto, el presupuesto asignado al proyecto de renovación. Si el objetivo es simplemente mejorar la luminosidad de un desván utilizado como trastero, una claraboya fija puede resultar suficiente y económica. Sin embargo, si se pretende crear una habitación habitable con todas las prestaciones de confort, será necesario optar por ventanas de tejado con capacidad de ventilación, aislamiento térmico certificado y sistemas de oscurecimiento mediante cortinas específicas para tejado. Las marcas especializadas como Velux, FAKRO, CLAUS y Roto ofrecen gamas completas que abarcan desde soluciones básicas hasta sistemas automáticos con accionamiento eléctrico o solar, controlables a distancia mediante tecnología domótica.
Ventajas y desventajas de cada método de instalación de ventanas para áticos
Cada método presenta sus propias ventajas y limitaciones que conviene sopesar cuidadosamente. Las buhardillas tradicionales aportan un carácter arquitectónico singular y permiten instalar ventanas verticales que facilitan la colocación de muebles y el uso del espacio interior, pero requieren una inversión mayor en tiempo y dinero, además de poder enfrentarse a restricciones normativas en zonas protegidas. Las claraboyas convencionales resultan económicas y sencillas de instalar, perfectas para iluminar espacios no habitados, pero carecen de las prestaciones de aislamiento necesarias para crear ambientes confortables. Las ventanas de tejado modernas representan el equilibrio óptimo entre inversión, prestaciones y facilidad de instalación, ofreciendo excelente aislamiento térmico y acústico, ventilación adaptable, sistemas automáticos con control remoto y compatibilidad con soluciones inteligentes como VELUX ACTIVE con NETATMO, que optimiza la calidad del aire interior y la temperatura mediante sensores y algoritmos. Estas ventanas permiten aumentar la luminosidad natural hasta un cuarenta por ciento más que las ventanas verticales de igual superficie, mejorando el bienestar, reduciendo la fatiga visual y aumentando el positivismo gracias a la exposición a luz natural. La ventilación natural que proporcionan contribuye además a reducir la necesidad de climatización artificial, generando un significativo ahorro de energía y mejorando la eficiencia energética global de la vivienda. En definitiva, la elección correcta dependerá de equilibrar factores estéticos, funcionales, técnicos y económicos en función de las características particulares de cada proyecto y las expectativas de habitabilidad y confort deseadas para el espacio bajo cubierta.
